A Modest Cuixart
y su espacio Marró
Los hombres muerenporque no son capaces de unirel principio [archen] con su fin [Télei].Alcmeón de Crotona
…comienza entonces el Juicio Final, y su Visión es contemplada por el Ojo Imaginativo de Cada Uno según la situación que ocupe.William Blake
Entonces todas las almas de crédito resbalan y se precipitan sin remedio al abismo del fuego fatuo, mientras el alma de Domingo Roivás, descrédita y aturdida, queda pendiendo de un hilo aguardando nuevas reestructuraciones celestiales. El alma de Domingo vigila en la oscuridad y aprieta los párpados para aguzar el oído. Sin atreverse a estirar del hilo por si cae alguna sugerencia apropiada, transitan segundos que se agrupan en una disquisición: yoga o joga según el idioma. Traga saliva y no solo atiende al fungoso accionamiento de su esófago sino que advierte un inesperado picor en su oído, picor que se traslada a la lengua por culpa de los malabarismos que esta ejecuta para la correcta dicción de tan desiguales letras. Ceremonia o (proto)colo que transcurre temporal en su acepción más resbaladiza, que acoge, disfruta y abandona en distraída espera, junto con otros protos de incontestable fealdad. Por eso, para examinar su protohallazgo con mayor detalle, el alma de Domingo utiliza una caja de rotuladores Carioca y un paquete de folios decorados al trasluz por un tropel de galgos en carrera: prototipo, protogénito y protocnología, garabatea alborozado, y así continúa derruyendo ensimismado significados lingüísticos, ensamblando significantes con su más deslucido prefijo hasta la fecha. Entonces oprime los párpados y sus pieles se agolpan en una disquisición: tragar saliva o seguir el protocolo inesperado sin ejecutar el correcto mecanismo de su picor. Con esto, sorprende a sus galgos pronunciando yoga al trasluz sin mayor maniobra y ajenos a la hecatombe de protos. Así, hurgando en el oscuro presente, acrédita y desturdida, el alma de Domingo Roivás anhela la precipitación de las almas todas a un hilo para poder así depender de un orden que le libere de tamaño ensamble cíclico.
Marró (1949), óleo sobre cartón. Modest Cuixart
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