—¡Nos tira de la ropa y nos hace daño! —lloraban mis hijas amargamente—. Yo me levanté del banco decidido a poner en su sitio al energúmeno en cuestión que no tenía nada mejor que hacer que molestar a los niños en el parque infantil. Cuando llegué a la piscina de bolas, un niño de unos nueve años se agarraba desesperadamente a los demás. Su sillita de ruedas navegaba a la deriva.
*Convivencia ha sido seleccionado para formar parte del libro Bocados sabrosos 3 como resultado del III concurso de microrrelatos que organiza ACEN, la Asociación Cultural de Escritores/as Noveles de Castellón. El libro tiene carácter solidario; los beneficios de la venta se destinarán a A.F.A. (Asociación de Familiares de personas con la enfermedad del Alzheimer y otras demencias de Castellón).
Un micro que pega una puñalada traicionera, Don Rubén.
ResponderEliminarBuen trabajo. ¡Mi enhorabuena por esa publicación!
Un abrazo.
La sillita a la deriva es... genial, visual; un excelente final
ResponderEliminarComparto con Luisa esa sillita, le da un toque genial.
ResponderEliminarAbrazos.